Emocionante partido el que hemos presenciado esta lluviosa mañana en
el José Luis Violeta entre 2 equipos que a buen seguro van a estar en la parte
alta de la tabla al final de temporada, unos, el Real Zaragoza principal
favorito a conseguir el título de liga, y otro, la U.D. Montecarlo, que si
consigue centrar sus objetivos, seguro que va a estar entre los primeros de
esta apasionante liga.
Comenzó el partido con un
nublado pero respetuoso día de fútbol, sin apenas lluvia y una agradable
temperatura, y salió más enchufado el cuadro local, con una presión sobre su
rival que le hacía recuperar el balón de forme muy rápida, hasta el punto que
los primeros intentos de jugar el balón desde atrás por parte del Zaragoza se
convirtieron en robos de balón que llevaron
peligro sobre la portería del equipo visitante. Así, con mejor juego por parte
del cuadro local, en el minuto 15 llegó el primer gol del partido en una jugada
por la derecha del ataque local que culmina en un disparo cruzado que supone el
1-0.
Pero el fútbol no siempre es justo
con el que más lo merece, y en una de las escasas aproximaciones de los
blanquillos sobre la meta local, un balón perdido de manera ingenua supone el
penalty que da lugar al empate a 1, sólo unos minutos después del gol local.
Pero la lógica se impuso y el mejor
juego de los locales iba a tener su recompensa sobre la media hora de
esta primera mitad cuando de fuerte disparo desde la frontal del
área, llegaría el segundo gol de los locales que ponía en ventaja a los
de torrero antes del descanso.
Justo el resultado hasta ese momento porque el
único equipo que había tenido ocasiones claras de gol había sido el Montecarlo,
bastante superior en este periodo a su rival que no realizó ni un solo disparo
entre los 3 palos sometido a una gran presión por su rival que le hizo perder
numerosos balones.
El segundo tiempo comenzó con dudas por parte del cuadro visitante y
del colegiado ante la gran cantidad de agua que caía, e incluso a los 5 minutos
de la reanudación hubo un amago de suspensión del encuentro, pero al final se
decidió la reanudación del partido y pudimos presenciar, que no disfrutar, de
la segunda mitad. El estado del terreno de juego, practicable pero no en las
mejores condiciones, no permitió disfrutar del mismo espectáculo que habíamos
disfrutado en la primera mitad.
El Zaragoza comenzó a tomar el mando del
partido pero a base de balones largos intentó aproximarse a la meta local, pero
las jugadas acababan fuera o en las manos del guardameta rojillo, ante un
Montecarlo que se sentía cómodo defendiendo su renta y esperaba poder salir a
la contra aprovechando la velocidad de sus delanteros; pero la mañana no estaba
para florituras y ninguno de los dos conjuntos pudo desarrollar su juego y así
fue transcurriendo el encuentro enmarañado y sin ocasiones claras para ninguno
de los dos y llegamos al final del mismo con la victoria por 2-1 para los de
torrero, justos vencedores del encuentro si tenemos en cuenta los méritos
obtenidos a lo largo de los 70 minutos.
El resumen sería de justa y merecida victoria para la U. D. Montecarlo
que fue el equipo que más y mejor lo intentó mientras se podía jugar al fútbol,
siendo muy superior a su rival durante la primera mitad y que supo defender el
resultado cuando el campo se puso en unas condiciones poco favorables para la
práctica del fútbol, cerrando los espacios a un Zaragoza que dominó la segunda
parte pero sin generar ocasiones claras de gol.
La puyita de alasan. Poco hay que decir del partido que los chicos han jugado este sábado ante el todopoderoso Zaragoza, tan sólo que nos hicieron vibrar con la intensidad, el saber hacer y con el buen juego desplegado en el primer tiempo, reflejando fielmente lo que se ha visto en los entrenamientos esta semana, y que cuando el partido se puso difícil por las condiciones climatológicas y la presión del rival, supieron adaptarse a las circunstancias y respondieron a las mil maravillas. Atrás debe quedar el "accidente" contra el Stadium y pensar que esta es la senda a seguir, pero sin perder la perspectiva y sabiendo que sólo dándolo todo podremos superar a nuestros rivales; ayer era un partido donde la motivación estaba presente tan sólo por el nombre del rival, son los partidos que todos desean jugar y la intensidad se respira desde el primer minuto, pero si olvidamos al resto de competidores y no tenemos la intensidad que exhibimos ayer no siempre saldrán las cosas tan bien. Estoy seguro que hemos aprendido la lección y desde la humildad, el trabajo y el respeto a los rivales llegaremos muy lejos. Dicho esto, la victoria de ayer, como todas las que se consiguen ante el equipo insignia de nuestra comunidad tiene un valor siempre especial y es motivo de especial alegría, pero sobre todo debe servirnos para creer en nosotros mismos y pensar que por ese camino podremos alcanzar nuestros objetivos.