Estadio Miralbueno El Olivar - 1 : U.D. Montecarlo - 1

Tropezón de la U.D. Montecarlo en su visita al Olivar donde ni la hora, ni el viento ni el planteamiento ultradefensivo del rival pueden servir de excusa al empate cosechado ante un equipo de los que están luchando por salvar la categoría. La hora, aunque muy temprana, es para los dos equipos igual, el viento, aunque fuerte por momentos, no perjudicó en exceso el juego y el planteamiento defensivo del rival era lo que se esperaba y para lo que se había entrenado. Desde mi punto de vista lo que ocurrió es que la tranquilidad y el gol tempranero de los de torrero relajaron en exceso al equipo que apenas buscó con intensidad la meta rival, y cuando llegó el empate ya no pudo reaccionar ante la buena defensa de los locales.

Comenzó el partido con un Olivar que le cedió totalmente el campo a su rival, sin presión en la salida del balón, pero acumulando hasta 9 jugadores en dos líneas al borde su área grande y con marcaje individual en el centro del campo, consciente que en un cuerpo a cuerpo tenía todas las de perder ante el potencial de los de torrero. 

Estos comenzaron a mover bien el balón y a llegar con soltura al área local y pronto se les pondría el marcador de cara cuando una buena internada por la izquierda acaba con un centro que desvía un defensor  a su propia portería cuando ya estaba presto a rematar un delantero del Montecarlo. Era el 0-1 que rompía el sistema defensivo de los locales sin llegar a los 10 minutos de juego y que debería dar la tranquilidad necesaria a los visitantes. Siguió el partido por los mismos derroteros, el Olivar no avanzó ni un milímetro a pesar del resultado adverso, mientras que el Montecarlo, dueño y señor de la posesión, se lo tomaba con calma, sin prisas, relajado en exceso lo que acabaría pagando. 

Se llegó al final de la primera parte con esa tónica y sin apenas ocasiones, tan sólo un par de aproximaciones con peligro del cuadro visitante que parecía cómodo con el resultado y el desarrollo del partido, frente a un rival que intentó sin éxito salir en alguna contra.

Pero esa relajación resultó excesiva y al comienzo de la segunda mitad, el cuadro de torrero parecía más interesado en ver pasar los minutos ante la ausencia de presión de su rival, que en buscar de nuevo la portería del Olivar. Estaba claro que si llegaba el empate dependía de la U.D. Montecarlo ya que su rival no iba a alterar su planteamiento. Y justo eso ocurrió, y en uno de los muchos balones jugados en su línea defensiva, a los 10 minutos de esta segunda mitad, llegó la jugada que marcaría el partido, en una pérdida de balón que acabaría en el penalti que significó el empate a 1. 

Esto supuso un cambio radical en lo que hasta ahora se estaba viendo, el Montecarlo comenzó a buscar la portería de su rival y este redobló esfuerzos defensivos viéndose cerca de alcanzar un punto ante uno de los gallitos de la categoría. Arriesgó el cuadro de torrero con una defensa de 3 y tuvo varias llegadas con peligro sobre la meta local, más en los últimos 20 minutos que en el resto del encuentro, demostrando que de haber tenido un poco más de ambición durante el partido en alguna podría haber llegado algún gol; las ocasiones más destacadas de los visitantes serían un lanzamiento de falta que se estrelló en el larguero, y la más clara en un excelente pase en profundidad por la izquierda que cuando se disponía a rematar sólo ante el portero, el delantero visitante tropezó y cayó al suelo. 

Se sucedían los ataque pero el gol no llegaba y los locales salían con cierto peligro ante una defensa ya muy desguarnecida con un Montecarlo volcado sobre la meta rival en el último tramo del encuentro, pero el empate sería el resultado definitivo ente el jolgorio de los locales y la decepción de lo de torrero.

Este resultado supone sin duda una decepción, pero no es más un partido y queda toda una segunda vuelta para que se decida el campeonato; debe servir como toque de atención y ahora toca pensar ya en el siguiente encuentro. Justo o no el resultado, sinceramente creo que sí, pues el Olivar hizo lo que tenía que hacer ante un rival de mayor calidad y tuvo la fe y la fortuna suficientes como para conseguir un buen resultado, y aunque la posesión fue casi en exclusiva para el cuadro rojillo, quizás careció la ambición y la intensidad necesaria para doblegar a su rival y cuando quiso no pudo con la férrea defensa del cuadro local.

La puyita de alasan: Exceso de confianza, falta de ambición, no se, quizás un poco de todo ocurrió este sábado en el campo del Olivar. El planteamiento inicial puede resultar correcto ante un rival que se sabía se iba a cerrar totalmente, pero tal vez teníamos que haber previsto que al colocar esas dos líneas defensivas, la bandas no iban a resultar muy útiles ante el repliegue intensivo del rival, y que había que intentar buscar los espacios mediante movimientos de arrastre de de los puntas para recibir el balón y así facilitar la entrada de otros compañeros. Se intentó un poco en la primera mitad, resultó casi un movimiento aislado de algun jugador que no fue entendido ni seguido por el resto de compañeros de que permanecieron muy estáticos, incrustados en una defensa que casi siempre ganó la partida. Tampoco reaccionamos de manera correcta ante una defensa individual en la línea de creación, no supimos o no pudimos buscarnos los espacios, nos cerramos las líneas de pase, de manera que el centro del campo apenas entró en juego. Está bien no caer en la precipitación ante un rival que nos espera en su propio terreno de juego y no viene a realizar ninguna presión sobre nuestra línea defensiva, pero se abusó de los toques atrás sin intención de avanzar. Tal vez faltó frescura de ideas a la hora de sacar el balón y movilidad en los que tenían que recibirlo. Por último, hay que saber conservar la calma ante una jugada desafortunada y aprender a valorar cuando una situación es realmente peligrosa para el equipo o no, como fue el caso cometiendo un penalti sobre un jugador que estaba saliendo del área grande y aún quedaban recursos para evitar una acción de peligro. Habrá que aprender de los errores para evitar que se repitan.