C.D. Peñas Oscenses - 0 : U.D. Montecarlo - 2

Sufrido, trabajado y merecido triunfo de los chicos de la U.D. Montecarlo ante el conjunto oscense, los que les sirve para seguir en la parte alta de la clasificación. Sufrido porque se consiguió en los minutos finales, cuando ya parecía que el partido terminaría en empate; trabajado porque en ningún momento dejó de buscar la victoria y creer que era posible; merecido porque fue el único equipo que lo intentó demostrando ser superior a un rival que no creo ni una ocasión clara de gol en todo el encuentro. 

Comenzó bien el Montecarlo con un juego fluido que hizo encerrarse a su rival desde los primeros minutos, y así llegaron las primeras claras ocasiones de los de torrero, como una internada por la izquierda que terminó con el pase de la muerte hacia 2 delanteros visitantes que no acertaron a introducir en la meta local, o un mano a mano con el portero que este sacó en buena intervención, amen de numeras aproximaciones que con más precisión se hubieran convertido en claras ocasiones.

Pasados los primeros 15 minutos y ante el desacierto de cara al gol, el cuadro rojillo comenzó a precipitarse un poco y a buscar la portería rival de manera más directa, pero fueron sólo 10 minutos tras los cuales se volvió a coger el dominio total de partido, que en realidad no se perdió en ningún momento y llegaron nuevas ocasiones, como un gol anulado por fuera de juego de los que habría que ver varias veces en televisión y varias intervenciones de mérito del portero local que anuló los intentos rojillos de abrir el marcador. 

La segunda mitad comenzó de forma más equilibrada y los rojillos no acertaban a llevar peligro sobre la meta local, mientras que estos ni se acercaban, pero tras 10 minutos de centrocampismo insulso, los de torrero volvieron a incrementar su presión y comenzaron un asedio que llegaría hasta el final del partido; solos ante la meta local se plantaron varias veces los jugadores de la U.D. Montecarlo, pero parecía que el balón no quería entrar, y así fueron pasando los minutos y el gol no llegaba, e incluso alguna salida de los locales pareció que podía inquietar la tranquilidad en defensa de lo de torrero, aunque se quedaban en nada. Hubo que esperar hasta el minuto 33 de esta segunda mitad para que un centro desde la derecha lo recogiera en el segundo palo un delantero visitante y tras bajarlo con el pecho lo introdujera en la meta local. Era el 0-1 que tanto esfuerzo había costado conseguir y que daba ventaja a los de torrero a falta de 2 minutos para el final de partido. 

Pero así de caprichosa es la fortuna en el fútbol, y lo que no quiso entrar en 68 minutos de dominio visitante lo hizo en un par minutos y de un buen pase, ya con la defensa local más adelantada surgió el 0-2, que hacía justicia a lo visto sobre el terreno de juego, llevando la alegría al cuadro rojillo que veía recompensado su esfuerzo y la decepción a los locales que veían como se les escapaba un punto en los instantes finales. 

Mucho sufrimos para obtener la victoria ante un rival que solo pensó en defender y que casi consigue su objetivo de sacar un punto ante una U.D. Montecarlo, que de haber estado un poco más acertado de cara al gol debería haber cerrado el partido mucho antes con un resultado más amplio.

La puyita de alasan: Comenzamos bien el partido de este sábado, mejor que en ocasiones anteriores, pero ocurre que en cuanto se tuerce un poquito la situación perdemos el rumbo y abandonamos el buen camino por otro más directo que se ha demostrado que tampoco resuelve todos nuestros problemas. Hay que tener un poco más de paciencia y seguir profundizando en ese juego que cuando lo desplegamos hace que nuestro fútbol sea alegre y vistoso, que las ocasiones llegaron aunque no se reflejasen en el marcador. Echo un poco de menos más atrevimiento por parte de algunos jugadores que, al menos en los entrenamientos y así creo que es la realidad, demuestran capacidad para ser los que lleven a este equipo hacia adelante. Creo que la presión de la competición puede hacer que algún chaval utilice el camino más sencillo y menos arriesgado. No obstante, una cosa es no arriesgar por la tensión del partido y otra muy distinta olvidar todo fundamento futbolístico y quitarse el balón de encima sin ningún criterio de intentar al menos jugarlo con algún compañero, al menos en estos partido en los que el rival no te presiona tanto, que ya vendrán partidos en los que haya momentos en los que no quede más remedio que hacer eso por la superioridad del rival.