Atlético de Madrid - 4 : U. D. Montecarlo - 4

Como ya muchos de vosotros habréis comprobado ya están disponibles en el álbum las fotos que hice con motivo del viaje a Madrid que realizamos el pasado 6 de diciembre. En primer lugar me gustaría agradecer en nombre de todos a José Alonso que ha sido el verdadero artífice de que se pudiera realizar el partido contra el Atlético de Madrid y la posterior visita a sus instalaciones del Cerro del Espino.
Creo sinceramente que este tipo de eventos favorecen la unión del grupo no sólo entre los jugadores y el cuerpo técnico, sino también con los familiares de los mismos. 

Pasamos un día agradable, como se ve unos más que otros, comimos estupendamente, y a pesar de no haber podido ver a ningún jugador de la primera plantilla del Atlético de Madrid (al menos vimos a Luis Milla) y del cansancio acumulado, mereció la pena y espero que, bien en modo de desplazamientos, o bien como simples reuniones del grupo alrededor de una buena mesa, lo repitamos más veces de aquí a final de temporada. 

Lo deportivo creo que debería quedar en un segundo plano dado que se trata de partidos amistosos en los que lo importante es la participación de todos los jugadores y disfrutar del momento; pese a ello, no he podido resistirme a ofrecer mi opinión de lo que aconteció en el partido que disputaron los chicos contra un equipo de la Escuela del Atlético de Madrid, cuyo resultado final fue de empate a 4 y que nos dejó con unas sensaciones un tanto extrañas después de ir ganando por 0-4 al poco del comienzo de la segunda mitad. 

Hasta ese momento se estaba realizando un partido serio, similar a la competición, donde poco a poco habíamos conseguido imponernos sobre nuestro rival y dominar de manera contundente en el marcador. El propio marcador tan abultado junto con la reestructuración profunda del equipo tanto en efectivos como en sistema, propició que el rival equilibrase un partido que teníamos totalmente controlado, y voy a tratar de explicarlo.

La puyita de alasan: Se cambió de sistema pasando a jugar con defensa de 3 justo cuando se produjeron los últimos 4 cambios, cambiando de golpe toda el entramado defensivo, tal vez un cambio demasiado brusco y tal vez un exceso de relajación por los jugadores que salieron ante el resultado que campeaba en el marcador.

El cambio de sistema provoca que tengamos un jugador más en la medular y tendríamos que haber aprovechado dicha ventaja, en ataque para tener más el balón, más paciencia y más control de juego, máxime cuando se trataba de un amistoso y se podía correr más riesgos, y en defensa para cerrar más en esa zona de medios y proteger así a una defensa que había quedado con menos efectivos; en su lugar nuestro juego se vuelve aún más directo, casi esquivando por completo el centro del campo, y defensivamente no hacemos uso de esa supuesta superioridad numérica ya que estábamos jugando con 4 o 5 delanteros por momentos, quedando las líneas muy separadas. En la parte de arriba, en lugar de buscar la asociación, el pase de más, la paciencia, todo se convierte en un ataque frontal contra la defensa en el que raramente salimos con ventaja. 

Las consecuencias de todo esto son ataques directos sin ventaja sobre la defensa, pérdidas rápidas del balón que nos cogen con el equipo muy largo y descolocado lo que hace que las transiciones del rival encuentren menos resistencia y se planten con facilidad ante nuestra portería. El rival se va creciendo, nosotros no corregimos nuestros desajustes y el resultado final lo dice todo, nos remontan un 0-4 en 20 minutos.

Me ha costado realizar un análisis desde el punto de vista deportivo del partido que jugamos el jueves y quizás me he extendido más que en un partido oficial, pero entiendo que es en estos partidos donde se debería poner en práctica todo aquello que la competición raramente te deja. No es más que un partido amistoso e insisto, lo principal es la convivencia y la unidad del grupo, y ahí goleamos a cualquier rival, pero debemos extraer conclusiones y tener claro lo que, en mi modesta opinión, no se hizo bien.

Se trata de identificar los errores e corregirlos para seguir creciendo como equipo, ese es mi ánimo y así quiero que se entienda.